Utrera cruza un estrecho adverso

14/12/2015

A finales de noviembre llegó el dia que tanto esperaban dos nadadores utreranos, el cruce del Estrecho de Gibraltar, el cual llevan un año preparando como reto deportivo y benéfico. El pasado martes 24 de noviembre se daban cita Javier Pariente y Pepe Valero, en el puerto de Tarifa a las siete de la mañana, con una temperatura ambiente por debajo de los 10ºC, pero que las previsiones meteorológicas de viento y mareas eran favorables para el cruce, dentro de lo posible para realizar el reto.
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A las 8:32 se tiraban al agua junto al faro de la isla de Tarifa, con agua a 17ºC empezando un nado pausado y constante que permitiese estar horas nadando hasta cubrir los 14kms que los separaban de la costa africana (en linea recta).
Los avituallamientos cada media hora desde una zodiac de apoyo ayudaban a hidratar y reponer fuerzas cada media hora, para evitar el agotamiento y el desvanecimiento, que podría ser mortal y que un cuerpo a plomo no quedaría sobre el suelo como ocurriría en una carrera a pie.
Las olas de medio metro, lo mínimo que nos puede ofrecer la zona, hacían dificil bracear sin tocar agua en el recobro y estirar el brazo por completo antes de volver al agua, dificultando el avance.
Pasada la hora del reto Pepe empezó a encontrarse mal, mareado y fatigado por el movimiento continuado en alta mar, llegando a tener que prescindir del desayuno en su estómago el resto de la travesía. Hizo un gran esfuerzo por continuar, llevaban demasiado tiempo esperando, planeando y con un mucho apoyo detrás para abandonar. Hizo un sobre esfuerzo para continuar con los compañeros y el grupo de cuatro nadadores lo «escoltaron» para darle su apoyo y vigilar de cerca que nada le ocurriese.
20151124_075043Pepe comentó: «De fuerzas me encontraba bien, pero cuando el estomago no te acompaña de poco sirven las fuerzas. Pasó un par de horas realmente mal y me empiezo a quedar atrás y desde la embarcación de apoyo me preguntan como estoy, yo les digo que me encuentro mareado y que creo que no voy a poder continuar. Es en ese momento cuando Jose, uno de los socorristas, me hace valorar la posibilidad de subir al barco y retirarme. No pasan más de treinta segundos en los que le doy mil vueltas a mi cabeza con solo una idea en la cabeza, la de abandonar. Justo en ese momento, Juanma, otro de los socorristas, alza la voz y se escucha: «¡ballenas a nuestro alrededor!»
A las 3 horas de nado, unos amigos se acercaron a animarlos, un grupo de 12 o 15 ballenas piloto, que a medio metro con la mirada de extrañeza les daban animo a los cuatro locos que sin aletas ni branquias estaban en aquel lugar tan alejado de tierra. La energía que les transmitieron hicieron mella en los brazos, junto con algún pez luna que pasó a varios metros, llevándolos sin cansancio y con una sonrisa hasta las 6 horas de nado, cuando una patrulla marroquí se acercó al velero guía a solicitar la documentación de todo el personal, que entre socorristas, patrones y apoyo eran doce personas. Los nadadores continuaban mientras la autoridad y los patrones se comunicaban en ingles y daban paso a continuar con el reto.
Hora y media después, de nuevo se acercó la patrulla, impidiéndoles acercarse más a la costa, ya que solicitaban permiso expreso del gobierno marroquí, probablemente por que acababa de ocurrir el atentado del avión ruso en Turquía, y estarían tensas las relaciones internacionales, y a modo de previsión les invitaron a abandonar el reto, a un kilómetro escaso de la costa.
A la vuelta Javi comentaba: «Quiero agradecer a Alejandro, el patrón, y a todos los socorristas por su continúa compañía y atención, dándonos ánimos en los momentos más difíciles, y a los compañeros nadadores, a ILDE que nos ha cuidado y es un buen reportero gráfico, a todos, por haber compartido esta gran experiencia.

Por ultimo, agradecer enormemente a Rafa Carmona que esto haya sido posible y habernos dado esta oportunidad, y tomar conciencia de que esto continúa y seguiremos colaborando, aportando nuestro granito de arena para conseguir ese gran reto por el que vivía Vicente Ferrer, la erradicación de la pobreza. Tengo verdaderas ganas de que se haga realidad la escuela de Anantapur».

 
Después de siete horas y media se quedaron a falta de 900m de concluir el recorrido, aunque el reto se da más que por superado. Ahora faltaría completar el reto solidario. Agradeceríamos apoyen a estos deportistas solidarios y les mandamos mucho apoyo con sus próximas metas.
Cualquiera puede colaborar entrando en www.migranodearena.org, buscando el reto Utrera Cruza el Estrecho.

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