La calle San Fernando cambiará de fisonomía cuando finalicen las obras ya iniciadas

23/08/2024

Caminan a buen ritmo las obras de la calle San Fernando, que supondrán un cambio completo en la fisonomía de esta vía.

Las obras de la calle San Fernando, iniciadas escasos días atrás, están discurriendo a buen ritmo y tras los trabajos de mediciones e instalación de señalítica provisional para el periodo de obras, ya se ha procedido al levantamiento de la calzada, aunque aún se mantiene el acerado para permitir el tránsito de personas y el acceso de vecinos a sus viviendas. El acerado como se conoce en la actualidad desaparecerá, ya que la calle está diseñada como una plataforma única a un mismo nivel.

Esta calle ya contaba desde 2015, en el último mandato de Francisco Jiménez, con el proyecto y la financiación correspondiente para haberse llevado a cabo. Sin embargo, aunque nunca se aclararon los motivos, el anterior gobierno municipal siempre encontró otros espacios en los que actuar, a pesar del estado y la necesidad real de las obras en la calle San Fernando, cuyos vecinos han debido esperar nueve años y el regreso del alcalde, Francisco Jiménez, para que las obras sean una realidad.

El proyecto supone la sustitución del pavimento, nueva red de abastecimiento y saneamiento, así como el soterramiento en cruces de las líneas eléctricas existentes. También, se incorporan canalizaciones para completar en el futuro el soterrado de tendidos eléctricos y la instalación de redes de telecomunicaciones.

Como ya se ha mencionado, se adopta la solución de plataforma única de uso mixto en la zona que combina circulación peatonal y tráfico rodado. Así lo confirma el delegado de Obras José A. López León, “habrá un solo nivel sin que exista una diferencia de altura entre la calzada y el acerado, los márgenes tendrán diferente anchura a lo largo de la calle para uso exclusivo de los peatones y el acceso para vados de cocheras”.

También se ha tenido en cuenta el Arco de la Villa, según el delegado “habrá un sistema que evite la transmisión de vibraciones producidas por el paso de vehículos que puedan afectar negativamente al patrimonio, así que debajo de la solería de hormigón de la calzada y en sus flancos, se instala una lámina elástica de polietileno con el espesor adecuado para amortígüar el impacto que pueda suponer el tráfico rodado”.

Por último, a lo largo de la calle se colocarán bancos, bolardos que delimiten las áreas de circulación, aparcamientos para bicicletas, señalización vertical y plantación de arbolado. “Con todo ello se cambiará bastante el aspecto y la funcionalidad de esta calle, que todo el mundo sabe prácticamente no tiene acerado y es complicada para los peatones, después estamos convencidos de que los resultados merecerán la pena de las incomodidades y los problemas que siempre suponen las obras para los vecinos”.

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