El utrerano Francisco Caro Crespillo publica su primera obra poniendo en valor la poesía clásica

27/10/2025

Francisco Jesús Caro Crespillo, el segundo de cuatro hermanos de una humilde familia utrerana, comenzó a escribir pequeños versos inspirados en los paisajes y lugares que iba visitando durante la época de la pandemia, allá por el 2020, mientras ejercía su trabajo de camionero. En sus versos plasma no solo los paisajes, sino las situaciones de la vida que nos iban sucediendo por aquel entonces y su entrañable amiga, la radio, iba narrando kilómetro tras kilómetro.

Hermano cofrade y costalero de la Hermandad de Los Muchachos de Consolación, Francisco Caro ha querido plasmar en esta primera obra «Alma, corazón y verso», diversos pensamientos libres piropos, agradecimientos y vivencias para poner en valor el arte de la poesía clásica. «Al publicarlos, pretendo aportar a esta sociedad, lo que los grandes autores y maestros poetas, quisieron dejar plasmados en sus obras: la idea de un mundo mejor, comenzando por nosotros mismos. Creo que la lírica es la herramienta perfecta para transmitir esta utopía», declaraba el utrerano.

Alma, corazón y verso quiere ser una reivindicación por la defensa del arte en la poesía clásica. No es un poemario monotemático, sino todo lo contrario: dado que la vida está llena de circunstancias diversas, el autor pretende en este, su primer libro, reflejar y reflexionar sobre la vida misma, pero en verso. Entre romances, sonetos, liras o silvas, se describe el sentir de una persona que defiende esta y no otra forma de hacer poesía, dejando en cada verso un mensaje, una reivindicación o un bello piropo al amor por la vida.

La pandemia del covid-19 marcó un antes y un después en la vida de esta sociedad. En este libro queda reflejado el sentimiento del autor, entonces un camionero que no se confinó, escribiendo unos poemas que ven la luz ahora, en este libro escrito con el alma y el corazón, puestos en el verso.

«Solo espero llegar al corazón del lector, para que empecemos a transformar ese mundo, desde nosotros mismos. Cada buena acción cuenta. Para conseguir esa convivencia basada en los valores del respeto y la educación, y dejar así un mundo mejor para nuestros hijos«, finalizaba Francisco Caro Crespillo.

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