La mascarilla es la última gran restricción que queda vigente de la fase aguda de la pandemia, a diferencia de otras como el pasaporte covid, que decidían las autonomías, su uso está regulado por real decreto, el último el del pasado 8 de febrero que levantó su imposición en exteriores. Las comunidades autónomas están exhibiendo en las últimas fechas distintas posiciones sobre el fin de las mascarillas en interiores, de modo que Madrid ha sido la única que ha pedido abiertamente que se retire esta medida en ciertos ámbitos, aunque en las últimas horas Andalucía se ha abierto a valorar esta retirada de manera gradual. Por contra, el País Vasco y Extremadura han rechazado aplicarlo sin consenso, mientras que otras regiones han evitado situarse en uno u otro lado y apelan a los criterios técnicos.
Ante esto, el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, se ha mostrado este miércoles partidario de una retirada de la mascarilla en espacios de interior de manera «gradual y responsable» y siempre siguiendo las recomendaciones de los expertos científicos y sanitarios, aunque ha insistido en demandar a la población mucha «prudencia» porque puede surgir una nueva cepa del coronavirus que obligue a volver a adoptar restricciones.
Por su parte, desde el Gobierno ya tienen en mente esta posibilidad de ir retirando gradualmente el uso obligatorio de la mascarilla en interiores ante la buena situación epidemiológica del país.
De hecho, fue el pasado lunes cuando el presidente, Pedro Sánchez, adelantó que «muy pronto» se acabaría el uso obligatorio de la mascarilla en ciertos espacios interiores ante la buena situación epidemiológica.