Este fin de semana, el Festival Tutilimundi organizado por la delegación de cultura cargado de espectáculos de música, circo y acrobacias llega a su fin este fin de semana con dos eventos. Por un lado el viernes 31 de mayo con Alas Circo Teatro y el sábado 1 de junio con Circ Pistolet y sus acróbatas.

El viernes, 31 de mayo. El protagonismo será para Alas Circo Teatro, que presenta su propuesta “Cateura”, a las 20:30 h. en la Plaza del Altozano. Cateura es un enorme vertedero en Paraguay, en el que un profesor de música tuvo la brillante idea de usar elementos de la basura para crear instrumentos musicales que no se les podía comprar a los niños. Así surgió un movimiento y una manera de cambiar a una sociedad, que ha sido referente para la educación a nivel mundial. Alas Circo Teatro es una compañía andaluza de circo y teatro residente en Córdoba, que nace en la antigua Escuela Municipal de Circo de Alcorcón (Madrid), en 2008. El proyecto pedagógico Alas Escuela de Circo surge 2013 y, en 2019, recibe el Premio Paca.

Después de producir 9 espectáculos, la compañía da un giro en su trayectoria y apuesta por la búsqueda de nuevos lenguajes dentro del género con Cateura, en el que el mensaje es la premisa.

La despedida de Titilimundi será el sábado, 1 de junio, con el Circ Pistolet que llevará, también al Altozano, “Quizás no hay final”, a partir de las 20:30 h. Creada en 2008 por Enric Petit y Rat Serra, Circ Pistolet es una compañía de largo recorrido que ha basado su propuesta circense en las acrobacias y verticales. Incorporando a distintos artistas a los entrenamientos, espectáculos y propia estructura de la compañía, ha conseguido consolidarse como una de las compañías a tener en cuenta. “Quizás no hay final” es una propuesta sobria en escena y espectacular en contenido. Tres acróbatas y un músico. Cuatro roles, cuatro personajes bien definidos que encarnan distintas facetas, algunas reconocibles desde el prisma de los payasos clásicos. El mandón que quiere poner orden e imponerse sin mucho éxito, el artista juguetón y desobediente, el acróbata novato e inseguro y un músico con delirios de grandeza.

Todos ellos consiguen, contra pronóstico, sincronizar sus voluntades y poner en pie un espectáculo a tope de ritmo y generoso en esfuerzo. Acrobacias de alto voltaje, música en directo y mucha «picardía”.