Es lo que debió pensar un conocido delincuente habitual de la vecina localidad de Dos Hermanas, que finalmente, pudo ser ayer detenido, no sin antes «visitar» varios comercios utreranos.
Todo comenzaría, a primeras horas del pasado viernes, cuando una de las empleadas del conocido comercio, de la Avda. Abate Marchena, «La abuela» era abordada por este individuo quién con piedra en mano y amenazando a la joven, se llevó parte del dinero que había en la caja registradora, marchando a toda velocidad, sin que se pudiera saber si usó o no algún vehículo de motor, por lo que todo hacía pensar que podría haber huido a través de las vías del tren e incluso que pudiera subir a algún tren hacia Dos Hermanas, de donde es natural. Nada más lejos de la realidad, ya que, horas más tarde, se podía conocer que también con el mismo modus operandi y según la descripción, con la misma ropa, conseguía un nuevo botín, en esta ocasión en el Comercio «Hogarium» donde tras amenazar, también a una joven dependienta, consiguió una vez más, llevarse el dinero de la caja registradora.
Pero en esta ocasión, la suerte no le sonrió y poco tiempo después fue detenido por una patrulla de la Guardia Civil, que había montado un operativo, tras comprobar que se trataba del mismo individuo que el robo anterior y pudo ser puesto a disposición judicial.
En esta ocasión, a pesar de lo que dice ese refrán, que citábamos en el titular, estos delitos de robo no le saldrán gratis, a pesar de estar en Utrera, demostrando una vez más, las fuerzas de seguridad utreranas que ese refrán y el significado que tenía, ya están anticuados.