La Hermandad trinitaria y la Hermandad del Cautivo (El Silencio) llenaron de devoción la tarde del Jueves Santo utrerano, una con un barrio entregado y otra con la devoción de su pueblo al completo, a verlas discurrir por las calles de nuestra localidad, apoteósico paso de la Hermandad de la Trinidad por el Arco de la Villa, donde la devoción y el Amor a su Hermandad hace que su barrio al completo esté junto a sus imágenes en el paso por este emblemático lugar utrerano, mientras en Santiago la Cofradía que más seriedad y sobriedad da a nuestra Semana Mayor prepara su salida, la música, el colorido de una con la seriedad y el recogimiento de otra, hacen que la tarde noche del Jueves Santo, se convierta en mágica en Utrera, siendo la antesala perfecta a la «Madrugá gitana».

Como viene siendo habitual tras el paso de los titulares trinitarios por el Arco de la Villa, a las puertas del Convento de las Hermanas de la Cruz, les esperan éstas para rezarle cantando, para tras ellas hacerlo nuestra paisana Ana Conso Segovia para rezarle a Jesús y a su Madre como ella solo sabe hacer, con el corazón en sus cuerdas vocales, no se puede hacer más bonito y la gente se lo agradece año tras año llenando ese enclave utrerano y ovacionando su rezo. Enhorabuena Ana Conso por esa magnífica voz y cantar de esa hermosa manera.