La Sinagoga de Utrera recibió la pasada semana una visita muy especial. Nada más y nada menos que André Azoulay, copresidente de la Fundación Tres Culturas y consejero del rey de Marruecos, Tsvia Walden hija y miembro de la Fundación Shimon Peres, ex primer Ministro de Israel. También acudieron por parte de la Junta Mar Sánchez, secretaria general de la Consejería de Cultura, Lorena García, directora de la Fundación Tres Culturas y Antonio Chaves Director de Diálogo Intercultural de dicha Fundación.
Durante la visita, el alcalde de Utrera, Francisco Jiménez y la delegada de cultura María José García les acompañaron escuchando las palabras del arqueólogo Miguel Ángel de Dios Pérez, Luis Luna, responsable de la obra y Javier Mena, historiador de Utrera. Azoulay es un político marroquí de origen judío, con formación en economía, periodismo y política. Durante muchos años su trabajo estuvo vinculado al periodismo y la banca. Desde 1991 es consejero para asuntos económicos y financieros del rey de Marruecos. Ha participado durante décadas en diversos movimientos y asociaciones para el diálogo y la reconciliación entre judíos y árabes. Fue fundador de la Fundación Euro-mediterránea Anna Lindh para el Diálogo entre las Culturas, miembro del Comité de Sabios para la Alianza de Civilizaciones de la ONU, vicepresidente de la Fundación Tres Culturas, consejero del Centro Shimon Peres para la Paz, así como miembro fundador del C-100, comité del Foro de Davos dedicado al Diálogo de las Civilizaciones y las Religiones. Su hija es la directora general de la UNESCO. André Azoulay recibió en 2020 la Medalla de Andalucía a la Solidaridad y la Concordia.
Jiménez destacó que esta visita es muy relevante para poner en valor la historia y la convivencia entre judíos, musulmanes y cristianos, «es una satisfacción enorme tenerlo aquí visitando nuestra sinagoga». Por su parte, André Azoulay expresó su gratitud a Utrera «he visto y aprendido cosas valiosas que me llevo a casa, admiro la voluntad de conservar la historia tanto lo bueno como lo malo». El co-presidente de la Fundación Tres Culturas señaló que «es importante conservar la historia de la ciudad, contando la verdad, no mostrando solo lo bueno», Azoulay aclaró «soy marroquí de confesión judía y junto con Tsvia también judía, para ambos ha sido increíble conocer esta sinagoga imponente por el gran perímetro que ocupa (3.000 metros). Quedo admirado por el nivel de conocimientos, detalles y nombres del arqueólogo«, haciendo que parezca que algo tan lejano sigue presente y vivo en la actualidad.
Ante la pregunta de si esta visita supondrá un empuje relevante para proteger el proyecto de la Sinagoga, el consejero del rey de Marruecos declaró que «voy a iniciar trámites para poneros en contacto con instituciones internacionales para proteger este proyecto y poder darle a esta Sinagoga el lugar que se merece, para que se conozca el pasado y los valores de los distintos pueblos, a través de la Fundación Tres Culturas».
Además añadió que van a proceder a un hermanamiento entre Utrera y la ciudad marroquí de Esauira y su Casa de la Memoria Judía para transmitir la experiencia de dicho centro y ponerla a disposición de la Sinagoga de Utrera. Finalmente, la secretaria general de la Consejería de Cultura María del Mar Sánchez destacó que este proyecto tiene mucha importancia y relevancia para la Junta de Andalucía y apoyarán y facilitarán las cosas al Ayuntamiento para que sea una realidad más pronto que tarde la recuperación de este monumento.
Hay que recordar que en estos días se han comenzado en la sinagoga los trabajos de la segunda fase, que se van a centrar en la recuperación de la totalidad del espacio que ocupan la sala de oración, además del lugar de lectura y la zona reservada a las mujeres. Se prevé seguir excavando en la estratigrafía para alcanzar los niveles fundacionales de la sinagoga y hacer un control arqueológico de movimiento de tierras, para recuperar la cota del Hospital de la Misericordia en el siglo XVIII. Recuperar esa cota permitirá la localización de la mikve, que es un elemento imprescindible en toda sinagoga porque ahí se realizaban los baños de purificación.
Otro de los espacios del que se espera poder recuperar hasta donde sea posible su aspecto original, es el hejal, la recámara decorada en la que se guardaban los pergaminos que conforman la Torá. Los trabajos se enfocarán también en la recuperación del alzado original conservado de la sala de oración. Para continuar con el proceso de documentación de todo el complejo que conforma la antigua sinagoga, se realizará un análisis paramental de los muros que delimitan el claustro del Hospital de la Misericordia por su lado este y, se completará el análisis del muro que delimita por el Norte la nave del Evangelio, para documentar el arco que ahora es parcialmente visible.