Con una basílica de María Auxiliadora a rebosar de nazarenos ataviados con sus hábitos color rojo y crema, la Junta de Gobierno de la Hermandad de Los Estudiantes declaró que iba a reunirse a las 19h (hora a la que saldría la procesión a la calle) para tomar la difícil decisión de si salir o no. Minutos después se anunció que esperarían 30 minutos para ver como se portaba el cielo, pues las estaciones meteorológicas no anunciaban nada bueno.
A las 20h, tras una larga hora esperando con una basílica cargada de incertidumbre, miedo, nudos en la garganta y lágrimas asomando entre los hermanos, el hermano mayor Fernando Pozo anunció la decisión, la Hermandad de Los Estudiantes no realizaría su estación de penitencia este 2024. El Martes Santo había despertado en Utrera con cielos despejados y hasta un sol radiante en ocasiones, pero al caer la tarde, las nubes negras fueron truncando la posibilidad de salir sin incidentes. La inestabilidad, la lluvia intermitente pero presente y el fuerte viento de hasta 70km/h, hizo que la Junta de Gobierno tomara finalmente esta decisión, y es que aún, en la retina de la Junta de Gobierno, quedaban los recuerdos de aquel año 2012, año en el que esta hermandad salió sin riesgos de lluvia, y las fuertes rachas de viento, al igual que había ayer, fueron las que trajeron las nubes que descargaron finalmente en aquella aciaga noche de Martes santo del año 2012 de infausto recuerdo para la hermandad salesiana, asímismo, también una pequeña intervención realizada semanas atrás al Santísimo Cristo del Amor por unas grietas y que los propios expertos desaconsejaban que se mojara, así que fueron muchos los factores que se alinearon para que se tomase la decisión final.
Decisión que podemos catalogar de acertada si tenemos en cuenta que 30-40 minutos después de anunciar la suspensión la lluvia hacía su aparición y aunque no fue muy potente, si lo suficiente para que una vez en la calle la cofradía, debido al gran número de hermanos de corta edad, pudiese formarse un caos en caso de tener que volverse hacia la basílica, sin olvidar el gran patrimonio artístico que atesora la hermandad y que pudiese ponerse en peligro al Santísimo Cristo del Amor, como hemos dicho antes y a Nuestra Señora de Las Veredas, titulares de la hermandad salesiana.
«Hay que proteger el patrimonio cultural, pero sobre todo el patrimonio humano«, explicaba el hermano mayor. Tras tomar la decisión, se dejó la basílica abierta al público hasta que no hubiese más visitantes.
