Se trata de dos monedas que se acuñaron en Segovia y Sevilla y que sirven para acotar cronológicamente hasta cuando el templo fue una sinagoga.

La actividad arqueológica que actualmente se está llevando a cabo en la sinagoga de Utrera sigue proporcionando nuevos datos sobre el inmueble, las distintas fases por las que discurre su devenir histórico y, ahora también, información acerca del marco cronológico, gracias a dos monedas encontradas durante los trabajos de excavación.
Este hallazgo podrá conocerse de primera mano en las visitas guiadas que están programadas para este fin de semana, 14 y 15 de junio, organizadas por la delegación de Cultura y Patrimonio Histórico, en el marco de las jornadas Europeas de Arqueología 2025, promovidas por la Consejería de Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía.

En cuanto a las dos monedas medievales encontradas, suponen un hallazgo de gran interés histórico y numismático. Las piezas fueron encontradas a niveles de preparación de suelos en la sala de oración del edificio, y se corresponden con blancas del Ordenamiento de 1471, emitidas durante el reinado de Enrique IV de Castilla (1454–1474).
Las monedas, acuñadas en vellón pobre (una aleación de cobre con una mínima proporción de plata, aproximadamente 5-7%), presentan los tipos monetales característicos de la época: un castillo de tres torres en el anverso y un león rampante coronado en el reverso. Una de las piezas fue acuñada en la ceca de Segovia, identificada por la marca del acueducto bajo el castillo; la otra posiblemente en Sevilla, aunque su marca no se conserva con claridad. Ambas muestran signos evidentes de circulación intensa y desgaste, así como concreciones y oxidaciones propias de los contextos arqueológicos en que fueron halladas.
El contexto estratigráfico y la tipología de las monedas permiten fechar su depósito en el lugar entre 1471 y finales del siglo XV, en un momento clave previo a la conversión de la sinagoga en la iglesia de la Misericordia, tras la expulsión de los judíos en 1492. Este hallazgo contribuye no solo a acotar cronológicamente el uso del espacio religioso, sino también a ilustrar la circulación monetaria cotidiana en la Utrera bajo medieval, en un periodo marcado por la crisis económica y el intento del monarca por estabilizar el sistema monetario con el mencionado Ordenamiento de 1471.
La delegada de Cultura, MªJosé García Arroyo, destaca el valor histórico de este hallazgo “porque permite precisar la fecha precisa en la que el templo continuaba siendo una sinagoga y que prácticamente fue así hasta poco tiempo antes de que se abandonase y pasará a transformarse en una iglesia cristiana”.