Espectacular homenaje a Fernanda y Bernarda con «Yo vengo de Utrera, cien años de soleá»

22/05/2023

El Enrique de la Cuadra acogió la noche del sábado 20 de mayo un espectáculo que encogió el alma y el corazón de los amantes del flamenco y los apasionados de las niñas de Utrera, Fernanda y Bernarda. «Yo vengo de Utrera, cien años de soleá», es un evento flamenco dedicado al centenario del nacimiento de las dos hermanas, en una noche memorable en el teatro municipal con Antonio Moya, Mari Peña, Manuela del Moya, Carmen Ledesma, Fernando Jiménez y Paco del Gastor sobre el escenario. Todo ello organizado por el Ayuntamiento de Utrera.

Varios meses llevamos en Utrera con eventos, actos y espectáculos alrededor de Fernanda y Bernarda de Utrera. Hace un siglo que nació la mayor de las hermanas, y su tierra ha querido hacerle un merecido homenaje con las voces de Mari Peña y Manuela del Moya, la guitarra de Antonio Moya y Gastor de Paco, el baile de Carmen Ledesma y Fernando Jiménez y la percusión de El Cepillo. Todo ello adornado con el discurso de Paco del Gastor y la presentación de Javier Puga.

La primera en salir al escenario fue la más joven de la ficha artística, Manuela del Moya, hija de Mari Peña y Antonio Moya, que iluminó con su voz todo el interior del teatro. Manuela estuvo acompañada de Paco del Gastor y su nieto Gastor de Paco. La muchacha entonó compás por bulerías, los cuplés de «El compromiso» y «Juana La Loca». Con su temple y voz de «miel», como algunos la describen, entró su madre, Mari Peña con fuerza y poderío por soleá, entonando las grandes voces de Fernanda y Bernarda de Utrera, acompañada en perfecta armonía de su marido a la guitarra, Antonio Moya. Pura magia y compenetración.

La percusión de Cepillo y la elegancia del baile masculino de Fernando Jiménez levantaron el teatro por cantiñas. Carmen Ledesma continuó con un baile cargado de fuerza, poniendo todo su corazón sobre las tablas del escenario Enrique de la Cuadra. De nuevo entró Mari Peña con las de Pinini, añadiendo color a los bailaores que se movían al son de su cante sobre el escenario.

Madre e hija entraron a escena donde bordaron unos fandangazos por soleá, para terminar todos por bulerías. Así finalizó el homenaje a las niñas de Utrera, «Yo vengo de Utrera, cien años de soleá». Acabó en familia, sobre el escenario del teatro de la ciudad que las vio nacer, entre cante, baile y mucha soleá.

Puede leer una crónica detallada del evento en la web de ExpoFlamenco haciendo clic aquí, de la cual hemos extraído la información plasmada en este artículo.

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