Tampoco ha sido posible pedirle los tres deseos a la Virgen de los Dolores en su abarrotada capilla, ni esperar tomando un cafetito la salida del portaviones, nos hemos tenido que conformar, como en toda la Semana Santa, con el recuerdo del pasado y con la que recordaremos como la Semana Santa virtual.
Menos de un año nos queda para poder ver a los Reyes del Altozano brillar por sus calles, este año tampoco ha sido la lluvia, ni veremos los tres pasos juntos, ni siquiera podremos ir a visitarla a los pies del Altozano, este año nos conformaremos con verlos desde el recuerdo, desde las imágenes pasadas y con la mirada puesta en el próximo año y en el deseo de que todo esto termine.
Tampoco la benjamina de las Hermandades utreranas, la del Santo Crucifijo de los Milagros, podrá poner su paso en la calle y dar la sobriedad necesaria en este Viernes Santo utrerano, Viernes Santo que quedará en nuestras entrañas como un Viernes Santo especial, sin pasos en la calle pero con fervor y devoción en las calles utreranas.