Las mentiras de Francisco Jiménez a los utreranos: podría subir los impuestos a traición y con engaño cuando durante la campaña electoral prometió bajar los impuestos.

Francisco Jiménez, alcalde de Utrera por el PP, podría consumar la mayor traición fiscal que sufrirá esta ciudad en democracia. Conscientemente y calculado, ha esperado al verano, al periodo de menor atención ciudadana, para intentar ejecutar una subida generalizada de impuestos mientras Utrera está de vacaciones y con la Feria a la vuelta de la esquina.

En el próximo pleno pretende aprobar una batería de incrementos fiscales: el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) aumentará un 5,2 %, se encarecerá el impuesto de circulación y subirán las tarifas de las piscinas municipales. Todo ello después de haber impuesto la zona azul. Y lo más preocupante: estas medidas pueden no ser las únicas. La fecha elegida para la supuesta aprobación, el último día de julio, no es una
coincidencia. Se trata de una estrategia deliberada para que el periodo de exposición pública y alegaciones transcurra durante el mes de agosto, cuando Utrera está prácticamente paralizada. Es un intento descarado de impedir el debate, silenciar a la oposición y ejecutar el mayor golpe fiscal en años sin que nadie pueda reaccionar a tiempo.

Desde el PSOE de Utrera advertimos que lo anunciado es probablemente solo el comienzo de una ofensiva fiscal aún más amplia. La ausencia total de explicaciones, el silencio deliberado del alcalde y su negativa a comparecer públicamente refuerzan la sospecha de que se están ocultando nuevas cargas tributarias, más castigos y más injusticias. Este modelo fiscal no responde a una necesidad económica. Responde a una voluntad política. El Ayuntamiento de Utrera dispone de 33.500.000 euros en sus cuentas bancarias y cuenta con un remanente para gastos de casi 15.000.000 euros, según el último informe firmado por el delegado de Economía, el señor Plata. Subir los impuestos en este contexto no es solo injustificado: es una desvergüenza política sin precedentes. Francisco Jiménez (PP) prometió bajar impuestos. Dijo que reduciría la contribución y el sello del coche. Hoy, sin el menor escrúpulo, hace lo contrario. Donde prometió una rebaja, impone una carga. Donde hablaba de ayudar, impone castigo.

Está construyendo una ciudad donde todo cuesta más: vivir, circular, tener una vivienda o abrir un negocio. Una ciudad hostil con quien cumple, trabaja y aporta. Un modelo pensado para vaciar los bolsillos de los utreranos mientras el Ayuntamiento acumula dinero sin sentido de servicio. Una familia pagará más por su casa, por su vehículo, por intentar mejorar su vivienda. Las personas mayores pagarán más por la basura. Los autónomos pagarán más por abrir sus puertas. En Utrera todo sube, menos la limpieza de las calles, la seguridad de los barrios y la atención a quien más lo necesita. Y mientras tanto, el alcalde guarda silencio. No comparece para explicar nada. No asume su responsabilidad. Se esconde tras acusaciones vacías y convierte su incapacidad para gestionar en una cadena de engaños que terminan en traiciones.

Desde el PSOE de Utrera exigimos la retirada inmediata de este plan fiscal, la comparecencia urgente del alcalde para detallar cada medida que pretende imponer y la apertura de un proceso de debate serio y real con todas las fuerzas políticas. Esto no es gestión: esto es una agresión institucional contra los ciudadanos.

Finalmente, las mentiras de Jiménez salen a la luz. Accedió a la alcaldía con falsas promesas que hoy no solo incumple: traiciona. Y lo hace mientras muchas familias lo están pasando mal, mientras hay personas mayores que no llegan a fin de mes y emprendedores que necesitan apoyo. Con más de 33 millones en el banco, Curro Jiménez ha decidido cargar sobre los hombros de los utreranos el peso de su política deliberadamente dañina.

«No lo hace por obligación. Lo hace por elección. Y eso lo hace aún más grave.«