El poeta Tomás Sánchez presentará su nueva obra en la biblioteca municipal acompañado de la escritora utrerana Montse Arispón

20/10/2022

La escritora utrerana y autora de la reciente obra publicada «Calla» Montse Arispón será la encargada de liderar la presentación de la nueva obra «Unas cuantas hojas tristes» del poeta sevillano Tomás Sánchez Rubio, antiguo compañero de editorial de la utrerana y profesor durante once años en los institutos utreranos ‘Ruiz Gijón’ y ‘Virgen de Consolación’, hoy 20 de octubre en la biblioteca municipal a las 18h.

Nacido en Sevilla el 13 de diciembre de 1964. Licenciado en Filología Clásica, Geografía e Historia y Ciencias Políticas. Titulado en Lengua de Signos (A-1) por el INAP. Actualmente imparte clases de Lengua castellana y Literatura, latín y griego en el instituto de Enseñanza Secundaria Julio Verne de Sevilla. Miembro de la Asociación Colegial de Escritores (ACE-Andalucía). Vicepresidente de la institución literaria sevillana Noches del Baratillo. Director y conductor del programa cultural de radio “La Estantería” en Radio Proverso.

Comienza su andadura poética en 1983, cuando publica sus primeros poemas en la revista Taracea. Ese mismo año gana el segundo premio de poesía Gustavo Adolfo Bécquer.
Tiene publicados los poemarios Vivir sin tregua (2001), Árboles de esperanza (2015), Llegó el ayer (2017) y Días de redención (2019), así como el libro de microcuentos Retazos (2016). También es coautor del libro de relatos Cien mil gotas de lluvia. Escribe regularmente en las revistas literarias de carácter digital Absolem, Azahar y Proverso. Y lo último ha sido la obra que presentará en Utrera bajo el título de «Unas cuantas hojas tristes«, un libro relatos publicado por Ediciones Huida.

Ha sido premiado en varios certámenes de relato y poesía de ámbito nacional. Puedes acceder a la web de la editorial para comprar su obra.

Sinopsis:

De niño me narraba a mí mismo cuentos para dormir; o bien para mantenerme despierto los días en que me aburría la clase. Muchas veces me ayudaron, contándomelos a viva voz, a silenciar los gritos que llegaban de fuera. El argumento de esas primeras historias se inspiraba en sueños, en pelis del cine de verano del barrio, en lecturas y en la observación, sin duda subjetiva, de lo cotidiano. Un día me descubrí trasladando al papel esos relatos que mezclaban realidad y ficción, que trataban de princesas y monstruos, de buenos y malos que se complacían en intercambiar sus papeles. Pronto, asimismo, me di cuenta de que, entre las personas que los leían, la mayor parte se sentía de alguna manera identificada con ellos, llegando a distinguir situaciones o personajes que habían conocido en sus vidas.
Unas cuantas hojas tristes es un mosaico formado, en efecto, de jirones, fragmentos, pequeños relatos vividos o soñados, pero —como es propio en quien os habla— siempre verdaderos: soy yo, mi mundo, mi memoria, pero también son las existencias, las ilusiones y los miedos de quienes se han ido cruzando conmigo.
Animo al lector o lectora a que rehaga estas hojas de acuerdo con sus recuerdos, vivencias o estado de ánimo, dándoles a las historias un final distinto al vislumbrado o supuesto… Y es que no siempre las cosas han de ser por fuerza aquello que se espera de ellas.

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