El secretario del Partido Socialista de Utrera, José María Villalobos, ha realizado una rueda de prensa para tratar diferentes temas, empezando por la noticia de que el Tribunal de Cuentas ha archivado el «caso de los cines», algo que Villalobos ha anunciado como «la demostración de una mentira más de Francisco Jiménez».

«Las pruebas son las que son, todo lo que digo está apoyado por documentos y pruebas oficiales», aclaraba José María Villalobos, asegurando que todo este asunto ha sido una mentira del actual alcalde para «ir dopado a las elecciones municipales». El caso se ha archivado porque «no existe indicio de delito».

El secretario socialista continuaba con la aprobación definitiva de la nueva Zona Azul de Utrera, «hay intereses muy oscuros detrás de este asunto», empezaba Villalobos, «hay documentos en los expedientes que han desaparecido». Los socialistas se molestaron en revisar todos los expedientes antes de realizar las alegaciones, «dándonos el permiso para verlos poco antes de terminar el plazo de alegaciones, y todo se hace deprisa y corriendo en un pleno extraordinario».

Villalobos señala que existe dos estudios de la Zona Azul y uno dice que en el año de la década que está previsto que la Zona Azul funcione, con más ingresos serán 240 mil euros y otro habla de 573 mil euros, «¿dónde están los más de 300 mil euros de diferencia? En 10 años alcanzarían 3 millones de euros, solo encontramos documentos contradictorios y nadie nos da explicaciones».

Respecto a las últimas declaraciones del concejal de Hacienda, Juan Antonio Plata, el secretario socialista resalta que solo intentan culpar al anterior gobierno de todos los problemas, «el último año íntegro de gobierno del PSOE, el ayuntamiento tuvo 12.8 millones de euros y había 12.7 millones de remanente. En 2023, primer año que están ellos, se ponen en 10 millones en negativo».

Finalmente Villalobos vuelve a poner sobre la mesa los conocidos 28 millones de superávit que el gobierno socialista dejaron en las arcas municipales, algo que Plata ya aclaró que sí existían, «pero que estaban ahí porque había que pagar facturas y deudas atrasadas».